jueves, 7 de diciembre de 2006

Vuelta a la calma.

Bueno, una vez pasadas las elecciones todo vuelve a la tranquilidad en el país y también en mí día a día. El martes estuve en La Guaira siguiendo con el proyecto de la base de datos y ya estoy apunto de conseguir que me pongan por escrito lo que necesitan y así poder ponerme a trabajar en serio de una vez, que a este ritmo se me va a juntar con el bautizo de los nietos…
Ayer una vez mas en mi vida, el día de la Constitución se convirtió en el día de la “Victoria Higiénica” (¿te acuerdas Gerard?), pues estuvimos limpiando de arriba a abajo la Casa de la Juventud y no veas si había trastos y mierda… Nos dimos un curro importante y aun así aun quedó faena para hoy, e incluso para mañana. Con suerte acabaremos con el reino animal que campa por la casa en forma de cucarachas y unas simpáticas ratas (bautizadas como Margaret y Esplinter) que son más o menos del tamaño de un gato pequeño y que corretean por ahí a sus anchas, junto con su prole.
Por la tarde estuve de charleta con "Ramirito", un camarada de 77 años que vive en la casa y que es un autentico personaje, siempre contento y con una broma en la boca que echarle al “españolete”. Afirma haberse enterado hace unos días de todo lo que los españoles les hicieron (¿hicimos?) a los indios en forma de masacres y explotación durante siglos y me amenaza con pagarla conmigo. ;-)
El pobre ha tenido una vida muy dura, luchó en la guerrilla urbana, asaltando supermercados y llevando la comida a los barrios de chabolas, entre otras diversiones parecidas. Padeció de poliomielitis en su infancia, ha pasado hambre y también persecución política por ser del Partido Comunista (1) y con todo eso, no le he visto triste ni un solo momento. Su presencia de ánimo, su compromiso con la lucha y su sentido del humor son un ejemplo que recordare siempre. El único defecto que se le conoce es que cuenta todo el tiempo unos chistes bastante malos.
Hoy he ido por la mañana a donar sangre al Hospital Militar. En este punto recupero una de esas tres historias que hace días que prometí contar. El protagonista de la historia es Noel, un camarada de la JC de Ciudad Bolívar, que vino hace un par de semanas a Caracas con sus compañeros de universidad para arreglar unos asuntillos con el Ministerio de Educación. Pues bien, Noel tuvo un accidente al caerse del tejado de un almacén de varios metros de altura, al que se había subido para colgar una pancarta de Chávez durante un acto. Casi la palma hay mismo, pero afortunadamente pudieron trasladarlo a una cercana clínica popular de médicos cubanos (2) que le salvaron el pellejo y de allí al Hospital Militar. El drama empezó para nosotros cuando sus amigos nos llamaron aquel día y nos dijeron que lo iban rechazar en el hospital por no tener cama y que de esa se moría. Ahí nos tienes a Miguel, Anngie y a mí corriendo hacia el hospital dispuestos a mentir, amenazar, sobornar o lo que hiciera falta con tal de que lo aceptasen. Afortunadamente no hizo falta y si tuvo sitio en la UCI.
Ha estado varios días en coma al borde de la muerte y ahora ya se esta recuperando, pero necesitaba que alguien diera sangre por él, puesto que aquí no funciona la donación voluntaria. El sistema es que cuando tú tienes un pariente en el hospital has de buscar un número de gente x (según el gasto de sangre que hayas hecho, digo yo) para que done sangre por ti. Total que, haciendo alguna que otra “trampilla” he podido donar, aunque de nuevo eso no es cosa de explicarlo aquí.
La donación me ha dejado un tanto hecho polvo así que me he ido a echar una siestecilla de esas de cuatro horas que tanto me gustan y mañana a levantarse tempranito (06:30, mas o menos) y circulando para La Guaira, en esos autobuses infernales con la música tan alta que os prometo que el martes intente escuchar mi MP3 con el volumen al máximo y ¡la música del autobús no me dejaba escucharla!. Están locos estos venezolanos…


(1)
Eran esos tiempos en que Venezuela estaba en la IV Republica y era una democracia, no como ahora con el tirano Chávez, en que por ser del partido (ilegalizado durante años) te ganabas una visita a las mazmorras de la DISIP donde si tenias suerte, solo te torturaban hasta sacarte la madre y no aparecías muerto en una acequia.

(2)
La “Misión Barrio Adentro”, es la primera de las llamadas Misiones (programas gubernamentales de choque para acabar con la miseria y la exclusión social) que lanzo el gobierno de Chávez. Es un proyecto de colaboración Cuba-Venezuela por el cual la primera tiene 20.000 médicos trabajando en los barrios mas pobres (ante la ausencia de médicos locales dispuestos a hacerlo) a cambio de petróleo a precio preferencial. Ha dado asistencia a más de 17 millones de venezolanos, que carecían por completo de recursos para acceder a la sanidad, que aquí no es gratuita. De estos acuerdos la Oposición dice que Chávez esta regalándole el petróleo a Fidel (la “regaladera” lo llaman). Claro como ellos ya tienen sus clínicas privadas, invertir en la sanidad de los más pobres es según ellos despilfarrar el dinero. Luego se extrañan de no ganar ni las elecciones a presidente de su escalera de vecinos…

3 comentarios:

Vane dijo...

Hola Julián,

Ante todo mi enhorabuena por la victoria, imagino que ha sido toda una experiencia poder vivir todo el proceso en primera persona. Es curioso lo que estás consiguiendo, evidéntemente conocemos la existencia de Venezuela, sabemos que Chávez es su presidente...pero desde que estás allí, al menos yo, no puedo evitar prestar algo más de atención a las noticias que dan al respecto.

Espero que todo siga bien y que no te canses de pasarnos el informe de tu aventura, que indirectamente se está convirtiendo también en la de alguno de nosotros.

Un besote, cuídate mucho,
Vanessa

Iwan dijo...

Tío, estoy con Miau comiendo queso raclette.

Te echamos de menos.

Julius dijo...

Yo tambien a vosotros querido Iwan...