miércoles, 27 de diciembre de 2006

Una navidad diferente.

Pinki, el perrito de Thania. Es tan bonito que los tengo amenazados con llevármelo para España debajo del brazo. Ellos, a cambio, me amenazaron de muerte.

Nochebuena en casa de Anngie. Paoli, la pequeña de los nueve hermanos, Anngie (irreconocible, por cierto) y su padre. La camisa es de Miguel y fue una "amable sugerencia" suya que me la pusiera.

Alboroto familiar durante el intercambio de regalos en casa de los padres de Anngie.

Otra vez de vuelta en la infernal urbe después de estos días de relax. Por Ciudad Bolívar ha estado todo muy bien, muy pintoresco y familiar, amen que un tanto etílico.
El viaje de ida fue largo y como no repleto, de accidentes de tráfico que parecen no poder faltar en cualquier trayecto que se precie por las carreteras de Venezuela. (1)
Cuando llegamos con Anngie nos vinieron a buscar Miguel y su hermano Luís Enrique, apestando a rancio y sin haber dormido nada en toda la noche. Nos llevaron a casa de su tía, donde nos encontramos un percal digno de ver: un maldito borracho se había estampado el día anterior a toda velocidad contra la casa yendo en contra dirección y usando además un coche oficial de la Alcaldía, con el resultado de la pared frontal completamente derruida y la mayoría de sus enseres echados a perder. De puro milagro no hubo daños personales. Lo que le faltaba a la pobre mujer que acaba de salir de un cáncer y que en agosto perdió a una de sus hijas en un tiroteo entre delincuentes en pleno centro de la ciudad. Eso si, la mujer no pierde el sentido del humor ni por un momento.
Después fuimos para la casa de la madre de Miguel (donde me he alojado estos días) y descansamos un poco. Allí conocí a la fauna familiar: Pinki, el precioso perrito poodle de Thania y el loro. Casi me muero de la risa cuando el dichoso loro empezó a gritar espontáneamente “¡Uh! ¡Ah! ¡Chávez no se va!”. Y es que como dicen ellos “en esta casa hasta el loro es chavista”.
Por la noche fuimos a cenar a casa de Edgar y Rinna, a la que por fin pude ver (os mandan muchos recuerdos chic@s). La conversación estuvo muy animada y la compañía la mar de grata, como siempre.
El domingo por la tarde fuimos con Miguel, su cuñado Jessi y un amigo de este a comprar los billetes de vuelta para Caracas y a tomar unas cervezas en una licorería, que en este país proliferan más que las sucursales de La Caixa en Barcelona. Después fuimos para casa, nos arreglamos un poco y nos dispusimos a pasar la nochebuena a casa de Anngie, donde su padre insistió amablemente en emborracharme a toda costa: a la que me pillaba con la cerveza por menos de la mitad ya me estaba enchufando otra... Esta gente te hace sentirte como en tu casa en cuanto entras por la puerta. Después vino el intercambio de regalos y por ultimo la cena navideña con el menú tradicional a base de hallacas (y no hayacas como escribí anteriormente), “pan de jamón”, pavo, “pernil” y ensalada. Todo muy bueno.
De hecho a esas alturas ya llevaba dos días desayunando, comiendo y cenando hallacas, como es costumbre aquí, puesto que la familia se reúne al principio de la navidad y las elabora por centenares para pasarse el resto de las fiestas comiendo eso y solo eso. (2)
El lunes fue un día absolutamente etílico, entre Luís Enrique, Miguel, Jessi y yo nos enchufamos dos cajas de cerveza (mas de 15 por barba), a lo largo de toda la tarde. Y es que esta maldita cerveza venezolana da sueño y ganas de mear, pero emborrachar, lo que se dice emborrachar, no. El problema es que la espalda había empezado a dolerme atrozmente la noche anterior sin motivo aparente y al final del día estaba viendo las estrellas, con lo cual llego un momento en que me tuve que retirar.
Ayer un día tranquilo, fuimos a comer sopa a casa de los padres de Anngie y después volvimos para casa a celebrar el cumpleaños de Rafaelito, que por cierto no se presento. El tal Rafaelito es un niño del vecindario al que la familia de Miguel “apadrinó” desde pequeño, puesto que a pesar de que vive con su madre (al padre échale un galgo) esta no se preocupa excesivamente de él. Le dan de comer casi todos los días, le compran ropa, regalos, se preocupan de que vaya al colegio… Por lo que me explican, aquí es una situación relativamente frecuente y es que estos venezolanos pueden llegar a ser un desastre sistemático, pero también tener un corazón de oro. El niño llama a Miguel papá, a Luís Enrique tío, etc.
De allí para el Terminal de autobuses y dirección a Caracas, para llegar aquí a las 04:30 de la mañana, muertos de sueño y un tanto ateridos por el frió. (3) Y al llegar a casa una sorpresilla, un ratero se acababa de colar por el tejado hacia 10 minutos escasos y le había robado el móvil a Culebrin, que se ha despertado y lo ha sorprendido en pleno hurto, provocando su huida. Escenas pintorescas de la Venezuela de hoy…



(1) La semana pasada por fin pude consultar estadísticas sobre los muertos en carretera en Venezuela: 6000 al año. Si tenemos en cuenta que en Venezuela hay unos 27 millones de habitantes y en España unos 42, eso significa que tienen el equivalente a 9500 muertos, frente a los 4000 que tenemos nosotros en los peores años. Ni que decir tiene que la proporción de coches por mil habitantes debe de ser aquí notablemente inferior…
(2) Si quieres saber que es exactamente una hallaca consulta:
http://www.venezuelatuya.com/cocina/hallaca.htm . Si, lo has pillado, me daba menos pereza buscarlo en google que explicarlo.
(3) Importante tradición local que hay que conocer si se desea viajar a Venezuela: los autobuses interurbanos, que son los que disponen de aire acondicionado, son lo más parecido a un congelador de carne que hayáis visto nunca. Sin que nadie, incluyendo lugareños, sepa explicarte por que la temperatura media durante el viaje puede estar por debajo de los 10 grados. ¿Qué hace la gente?, entrar al autobús como si se dirigiera camino a la deportación a Siberia: mantas gruesas, anoraks… completamente innecesarios en cualquier época y casi cualquier lugar del país. Estooo ¿He mencionado ya que los venezolan@s están loc@s de atar?

4 comentarios:

Anifer dijo...

Perruno!!
Feliz Navidad!
Que fuerte, pensé que te habias alisado el pelo de perro de aguas... que graciosillo
Ten cuidado con la cerveza que 15.. no sé yo.. con cuántas surgió tu mini-pota en Graná? menudo tio!!
Que te echo de menos..
besicos

Julius dijo...

Un burro bese y besa burros me llamaron...
Yo tambien te echo de menos querida anifer(pero no se lo digas a Gorka, que luego le dan los celos, se pone tonto y le tengo que pegar). Un besote para los dos.

Iwan dijo...

Julian!!, tio como veo de la historia de Granada hay mas miga que el copón!, mucho "material" que sabiamente nos ocultaste.

Fijo que nos dejaste a la altura del betún como aragoneses, maldito encorre ovejas...

Por cierto, para oveja el perro de la foto, os lo currsteis si, pero hay que utilizar mas lana para que parezca real, no cuela:es un rodedor del desierto encubierto...

Oye, has cambiado el fondo del puto blog? Porque ahora parece la moqueta del despacho del Puto Vito Corleone, perdon, "El Don" (que bueno es el libro, ya yevo la mitad!!).

Besos y, huelga decirlo, feliz año nuevo!!.

Anónimo dijo...

insiste te perdiste el espectaculo de cristal antes de quedar embarazada...